Me resigno a no estar
teniendote
tensado esperandote ya
no
me
muevo,
me arqueo sin las flechas
que danzen en mi brújula sensible
me aburro apacible
estático
voy armando
la desesperanza
que suicida las cosas
más sentidas
perdido este poema incluso.
Yámana
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4 Lupe abría la heladera cada cinco minutos para cerciorarse de que la
media docena de huevos siguiera ahí, en la esquina del estante, esperando a
ser l...
Hace 5 años