Y quizás es verdad que el domingo no es el día infeliz por mérito propio, sino que es el que paga por el resto de días al dar la oportunidad de que uno reflexione sobre el rumbo de su vida sin distracciones inmediatas dictadas por un jefe apurado. Y, al pasar el largo día con los cercanos, uno descubra tal vez en sus conductas un deseo secreto de hundirte con ellos en la ausencia de propósito de vida de la que no pudieron escapar.
El tedio dominguero, en mi caso personal de ayer, resultó un perfecto caldo de cultivo para conflictos familiares. Las contradicciones adormecidas por la rutina semanal se enfrentan el domingo a cara lavada.
Sabiamente, por tradición se ocupa el día de descanso en ir a la Iglesia, esto es para no cortar con la cadena de anestesia.
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3 comentarios:
Quizas es el unico dia en el que no podemos escondernos, ni de nosotros mismos,ni de los demas...no por nada es el dia en el que mas suicidios se cometen, amen de que TODOS terminan echandose en cara viejos rencores asado de por medio ;-)
Consejo? Sali a correr, anda a un museo,metete en el cine para zafar del calor(pero en el Gaumont, no en el Atlas) Con arte de por medio todo es mas liviano.
Besos y rosas.
Y porque no hay comentarios anonimos? Las mejores cosas de la vida estan rodeadas de un halo de misterio, feo el forzar la identifiacion =P
Jaj, está bien hacerce cargo del comentario, loco! Gracias por los consejos Marian! Es así, hay que salir a andar en bici los domingos.
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